Variedades

El cáncer, un maestro

lazy -

Así son los maestros, expertos en temas especiales, que transmiten a través de sus palabras y sentimientos el conocimiento; y el cáncer es otro maestro que te enseña lo fuerte y valiente que eres.

Estamos en octubre y es el mes en que sacamos el lazo rosa, salen las estadísticas y los números, pero también es el mes en que la gente empatiza más que nunca con el proceso del cáncer de mama, se toma la vida en serio, se agradece por estar bien y se invita a que sin miedo te toques y conozcas lo que tu cuerpo habla.

Hoy escribo a todas las mujeres que luchan contra el cáncer de mama y también a ti que has sacado un espacio para leerme.

Mi inspiración para escribir este blog fue una princesa guerrera de figura menudita y carácter fuerte, Luisa Fernanda Uribe, prima por parte de mi mamá; una soñadora que a sus 35 años fue diagnosticada con cáncer de mama y que al recibir su resultado, lo miró y dijo: “Sigo adelante porque esta tormenta pasará y el sol siempre hace hueco entre las nubes para volver a brillar”.

Cuando yo recibí la noticia lloré y sentí que todo se oscurecía, sentí que nunca estaríamos lejos de esta situación. Llegaron los dolores, la morfina, la clínica, la silla de ruedas, todo indispensable para vivir pero ¿Y dónde está la esperanza por llevar una vida normal?… ¡Sí se puede!, le decía yo, y claro, es muy fácil decirlo cuando no eres tú la persona que lo está viviendo.

Durante el tratamiento de la quimioterapia son muchos los cambios que van llegando, cuerpo cansado, nauseas, dolor de cabeza y sin darte cuenta se te cae el pelito, ese que tanto amamos las mujeres. Sin embargo, hay que seguir y solo con cambios fuertes se puede ganar la batalla.

Estas son tres cosas muy importantes que debes cambiar:

  • Cambia tu alimentación, más sana y natural.
  • Permite que solo tu oncólogo sea la persona que manipule tus decisiones.
  • Pon todo en manos de Dios, ora mucho con amor y “vive un día a la vez”

Durante el proceso vas a reír, vas a llorar y a recaer pero también vas a crecer espiritualmente. Vas a pasar por el dolor, el miedo, la desesperación, la felicidad, la esperanza y la vergüenza y sin darte cuenta, tal cual ave fénix, resurges de entre las cenizas, sigues luchando y te vuelves fuerte y valiente. Hay miedos tatuados en tu subconsciente pero no dejas que te dominen y estos miedos se transforman en oportunidades.

Hoy me senté a conversar con Luisa y me dijo unas palabras que quiero compartir contigo: “He aprendido a ser feliz conmigo misma y ser feliz es cuestión de actitud y mi actitud es actuar. El amor de mi familia me anima día a día para seguir adelante cuando me siento cansada.  Hoy continúo con mi lucha y unas manchitas han aparecido en mi hígado, pero ¿sabes?… hoy la enfermedad es mi maestra, me ha obligado a sentarme en primera fila para ver mi propia película, algo que mi alma y mi corazón tanto necesitaban”. Cuando escucho estas palabras, entiendo que la vida es un momento, que como dijo Charles Chaplin “un día sin reír es un día perdido”.

Con el proceso vivido con mi prima, he aprendido que hay días buenos y días no tan buenos, que una sonrisa puede cambiar un mal momento, que los milagros si existen, que cada día es una oportunidad y que el amor de la familia es la mejor medicina.

Hoy te digo: no saques un lazo rosa por estar de moda en redes sociales o ante la sociedad, saca el lazo rosa por esas valientes guerreras que hoy luchan por su vida con amor y con fe.

Ponte en modo rosa. Hazte el autoexamen, la detección temprana hace la diferencia.

 

Escrito por: Catalina Londoño, gestora de expansión.

 /*54745756836*/